Termina un año. Un año lleno de muchas cosas, tanto buenas como malas. Un grán número de alegrías, momentos bonitos que no quiero olvidar, que me hicieron sentir bien e hicieron que me sintiera realmente feliz aunque fuese por algunas horas. Pero lamentablemente un gran número de cobardías, de miedos que hacen que puedas perder la oportunidad de que algo salga bien solo por no arriesgar. Espero en este nuevo año poder superar todas esas cobardías y miedos y perder el miedo a fracasar y aprender que arriesgar no siempre se trata de perder, que también puede incluir un gran número de triunfos aunque yo no pueda verlo así todavía.
No sabría como describir este último año, posiblemente con el mejor comienzo que haya tenido en muchos años, pero quizá con un final un tanto desastroso en ciertos aspectos. Querría cambiar tantas cosas de mí, que dudo que pueda ser suficiente un año, pero querría borrar todo ese pesimismo que muchos dicen que poseo o por lo menos poder darme cuenta de que lo que para mí pueden ser realidades, realmente no lo sean. También acabar con muchas cosas que han agriado mi personalidad con el paso de los años, no tratar de cambiar mi personalidad, sino acabar con lo que me hizo así. Aprender que nadie tiene que cargar con mis problemas excepto yo y conseguir demostrar un poco de cariño. Quizá sean altas expectativas, y no tenga suficiente con un año para conseguirlas todas, pero supongo que como muchos dicen y yo pocas veces he creído, la esperanza es lo último que debe perderse.
Espero que tengáis todos una perfecta entrada y salida de año, que no os atragantéis con las uvas, que disfrutéis como nunca el final de este año y por supuesto, que os toméis algo a mí salud.
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