miércoles, 17 de noviembre de 2010
Momentos.
Todos tenemos momentos en los que creemos que nada podrá salir bien, que los problemas no van a solucionarse y que lo único que hacen es acumularse sin que puedas pararlos. En ese momento pasan tantas cosas por tu cabeza que no sabes qué hacer, a quién recurrir o si realmente merece la pena que todo se arregle. Posiblemente eso sea lo peor de tener una personalidad pesimista y casi destructiva hacia una misma, no verse con capacidades para prácticamente nada y notar como poco a poco todo el mundo consigue arreglar sus problemas mientras tú apenas has empezado a querer que los tuyos se solucionen. Quizá muchos de esos problemas sean insignificantes para los demás, pero no puedes evitar que para ti cada uno de ellos sea un mundo, algo que está pudiendo contigo. Ser fuerte suena muy bien para los que siempre lo han sido, pero no para los que jamás hemos podido serlo, solo nos hace falta intentarlo, pero para eso hay que perder el miedo y a mí todavía me queda mucho para perder el miedo acumulado en tantos años.
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