sábado, 20 de noviembre de 2010

Escapamos.

Hay tantas cosas que evitamos, de las que escapamos, tantos temas que intentamos evadir para que parezca que nada nos afecta de la manera que lo hace, tantos momentos en los que nos encantaría poder gritar, llorar y decir que realmente necesitamos que alguien esté ahí con nosotros, que nos ayude a seguir. Pero no lo hacemos, por diversas razones, desde no querer ser un estrobo para los demás hasta sacar el amor propio que se lleva dentro y no querer mostrar lo frágil que se es. No sé si realmente sirve de nada esconderse, evitar todo eso, pero muchas veces es algo involuntario por el simple hecho de que crees que tus problemas son tuyos y nadie más que tú tiene que cargar con ellos. Pero nunca viene mal que quiénes te importan estén ahí, apoyándote o simplemente escuchándote sin decir nada, y realmente nadie debe aislarse, y creer que puede solo con todo, porque siempre tendrá que terminar explotando de alguna manera, y cuando ese momento llegue, necesitará a todas esas personas que lo son todo para él y que sin darse cuenta van a ser quienes consigan que pueda con todas esas cosas que siempre se limita a evadir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario