lunes, 22 de noviembre de 2010
Cordura.
Poca gente es capaz de darse cuenta de que la línea que separa la cordura de la locura es realmente fina, que las decisiones que tomamos no siempre tienen que estar bien porque nosotros lo pensemos así, que muchas veces no solo nos afectan a nosotros, sino a todos los que nos rodean y parece no importarnos el daño que podemos hacer sin querer. Querría ser una de esas personas que sabe diferenciar el momento en el que sus decisiones superan ese límite y pierden la cordura, querría ser capaz de mirar las cosas objetivamente, desde un punto de vista razonable y dejar de desconfiar de todo el mundo o dejar de sentirme amenazada por casi todo lo que me rodea. Poder superar las noches y los días en los que todo se distorsiona hasta perder completamente el sentido que pueda tener lo que estoy haciendo, diciendo o simplemente pensando. Posiblemente lo que necesite es convertirme en una persona completamente distinta, pero para eso hacen falta muchas cosas que todavía intento alcanzar.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Afraid.
Acaba contigo, te quita las fuerzas y las ganas de seguir adelante. Pierdes el rumbo, el control sobre tí misma y se distorsiona en tí el valor del bien y del mal. A favor, en contra, diversas opiniones y sientes que aunque la tuya no sea la adecuada para los demás, la es para tí y es lo único que puede importarte. Tu vida empieza a basarse en mentir continuamente, sonreir a todas horas y mostrar lo que todos quieren ver y no la realidad. Pesadillas continuas, noches horribles en las que solo se te pasan por la cabeza soluciones que nadie entendería para acabar con todo eso. Y no puedes evitar pensar que es algo de lo que nunca podrás escapar, que son sentimientos que nunca podrás cambiar, pensamientos que siempre estarán ahí y que nadie puede borrar, angustia y ansiedad que nadie puede calmar y un miedo que solo puedes ocultar pero nunca se irá.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Escapamos.
Hay tantas cosas que evitamos, de las que escapamos, tantos temas que intentamos evadir para que parezca que nada nos afecta de la manera que lo hace, tantos momentos en los que nos encantaría poder gritar, llorar y decir que realmente necesitamos que alguien esté ahí con nosotros, que nos ayude a seguir. Pero no lo hacemos, por diversas razones, desde no querer ser un estrobo para los demás hasta sacar el amor propio que se lleva dentro y no querer mostrar lo frágil que se es. No sé si realmente sirve de nada esconderse, evitar todo eso, pero muchas veces es algo involuntario por el simple hecho de que crees que tus problemas son tuyos y nadie más que tú tiene que cargar con ellos. Pero nunca viene mal que quiénes te importan estén ahí, apoyándote o simplemente escuchándote sin decir nada, y realmente nadie debe aislarse, y creer que puede solo con todo, porque siempre tendrá que terminar explotando de alguna manera, y cuando ese momento llegue, necesitará a todas esas personas que lo son todo para él y que sin darse cuenta van a ser quienes consigan que pueda con todas esas cosas que siempre se limita a evadir.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Momentos.
Todos tenemos momentos en los que creemos que nada podrá salir bien, que los problemas no van a solucionarse y que lo único que hacen es acumularse sin que puedas pararlos. En ese momento pasan tantas cosas por tu cabeza que no sabes qué hacer, a quién recurrir o si realmente merece la pena que todo se arregle. Posiblemente eso sea lo peor de tener una personalidad pesimista y casi destructiva hacia una misma, no verse con capacidades para prácticamente nada y notar como poco a poco todo el mundo consigue arreglar sus problemas mientras tú apenas has empezado a querer que los tuyos se solucionen. Quizá muchos de esos problemas sean insignificantes para los demás, pero no puedes evitar que para ti cada uno de ellos sea un mundo, algo que está pudiendo contigo. Ser fuerte suena muy bien para los que siempre lo han sido, pero no para los que jamás hemos podido serlo, solo nos hace falta intentarlo, pero para eso hay que perder el miedo y a mí todavía me queda mucho para perder el miedo acumulado en tantos años.
martes, 16 de noviembre de 2010
The desire of so many things
El título del blog refleja muchas cosas que para mí son importantes, deseos que me gustaría poder alcanzar y que todavía veo muy lejanos. Retos personales para los que hace falta mucha fuerza, mucha decisión y un cúmulo de muchas cosas de las que carezco. No sé si algún día podré decir que los haya conseguido, que haya hecho posible todas esas cosas que ahora son un imposible, pero el primer paso para poder conseguir algo es querer hacerlo y creo que ha sido algo difícil conseguirlo, pero lo he hecho. Ignoró si sabré hacer esto, si un blog es algo hecho para mí o no, pero lo estoy intentando, y espero que salga bien. Empecé explicando el título del mismo, ya que creí que sería una buena opción por la que empezar y solo espero que pueda salir bien.
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